Un joven de 32 años, cuentero y humorista de la ciudad, que pasa la vida de parque en parque buscando a quien contarle sus cuentos e historias cómicas que pasan en la vida cotidiana. Un personaje echado pa` lante, con grandes sueños, metas y objetivos que quiere cumplir en su vida, como el de ser reconocido en los grandes escenarios de la ciudad como uno de los mejores cuenteros y humoristas.
Lleva alrededor de 15 años de su vida tratando de hacer reír a la gente. Pero después de pasar tanto tiempo en la misma rutina ¿porque no ha llegado a cumplir su sueño?
Después de haber pasado varias experiencias en su trabajo, Fernando se le ha presentando una oportunidad de poderse reconocer en el gran festival iberoamericano de teatro de Bogotá, donde podrá llevar a cabo su talento como cuentero y humorista callejero.
Al llegar el día, Fernando llegaba con gran alegría, positivismo, lealtad, animo y sobretodo entusiasmo al saber que podría llegar a hacer la oportunidad para llevar el nombre en alto y poder cumplir su mayor sueño como muchos lo han hecho.
Comienza el día a las 8 de la mañana llegando al lugar, haciendo vida social, conociendo más gente de su mismo entorno artístico, armando su pequeño escenario para presentar su función y por supuesto alistándose para mostrar al público el talento que lleva dentro de él.
Al llegar la hora nadie se ha acercado a su pequeño escenario. Fernando se siente defraudado, desesperado, triste pero nada de esto lo saca a flote porque como todo artista se ingenia otra alternativa para llamar a su público, pero este no funciona, pues la gente pasa sin ponerle mucha atención, como si no importara nada, como si fuera uno más del montón.
Después de haber tenido esta experiencia, a pesar de haber tenido los ánimos por el piso, sus sueños flotando y su talento invisible, nada hizo que destruyera sus grandes sueños como artistas si no seguirá luchando por la sonrisa de las personas que si quieren valorar su trabajo.
Ahora Fernando sigue su rutina de cuentero y humorista como lo ha venido haciendo desde pequeño luchando por sus metas para llegar a hacer alguien en la vida.
Fernando el cuentero y humorista comienza un nuevo día de trabajo.
Llega a las 8:00am para organizar su función.
Fernando tiene la esperanza de que esta oportunidad puede llegar a hacer grande para dar a conocer su talento y dedicación a su trabajo.
El cuentero hace vida social para sentirse mas cerca de su ambiente artístico.
El ambiente esta un poco oscuro, pero Fernando sigue con positivismo de que todo seguirá como un día satisfactorio.
Para relajarse, disfruta de una empanada típica para llenarse de mas seguridad para su función.
Mientras espera mas gente para que observen su función, Fernando ocupa su tiempo presentándose con artistas presentes en el lugar.
Son las 9:15 am y Fernando comienza a organizar su escenario para la función.
Sus pertenencias son suficientes para dar a conocer su gran presentación.
Solo faltan pocos minutos para su presentación… comienza el conteo regresivo.
Faltan pequeños detalles para el escenario.
Después de quedar el escenario listo, Fernando transforma su figura de humildad y miseria por la del cuentero y humorista que lleva dentro.
Son las 9:35 am y Fernando solo piensa en sorprender al publico con el mas mínimo detalle.
Pasados 15 minutos, el cuentero y humorista Fernando se encuentra inquieto al ver que nadie se acerca a ver su espectáculo.
Como todo buen artista, se ingenia una nueva forma de llamar a su publico, pero no funciona.
El trabajo de este cuentero no es valorado como el de los demás, su disfraz, su apariencia, y su positivismo parece que no ha servido de nada. Todos los rechazaron y nada salió como Fernando lo esperaba.
Ha llegado la noche y Fernando ya se ha rendido. Nada se le cumplió, y sus ánimos se han ido al piso . Ya todo quedo en un simple sueño.
A pesar de su mala experiencia seguirá luchando por la sonrisa de las personas que quieren valorar su trabajo.